“Te tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieres primero?”
Como el anónimo lector no tiene voz en tiempo real (pero puede dejar sus comentarios) responderé por ustedes. La buena.
El 1º de enero comenzó la entrega masiva y gratuita - por ahora- de la tarjeta bip!, único medio de pago de Transantiago. Importantes beneficios se esperan de su uso, a saber: Mayor rapidez en el proceso de subida de los pasajeros a los buses, conducción más segura y sin asaltos a los choferes, quienes ya no estarán preocupados del cobro de los boletas ni manejarán dinero. Desde este punto de vista, la implementación de esta forma de pago sin duda representa un avance con respecto al actual.
(foto: lanacion.cl)
La mala, como Transantiago, se hizo “a medias”. Parte importante de las demoras de los buses en Santiago se debe a la operación de transferencia de pasajeros en paraderos, que en la actualidad es muy ineficiente, con tiempos de subida y bajada muy altos, buses que se estorban en los paraderos impidiendo un movimiento fluido, choferes que “arrastran” los buses para tomar pasajeros dispersos, etc. En el otro extremo está el metro, cuyo tiempo de detención en las estaciones es mucho menor ¿Cuál es la diferencia? El pago se realiza afuera del vehículo.
Imagine un corredor segregado de buses como la Alameda (futuro eje troncal), pero con paraderos cerrados, en que se pague por ingresar a la estación. Un bus articulado llega a un paradero, abre sus cuatro puertas, descienden los pasajeros que quieren bajar, suben los pasajeros que esperan en el paradero (por las cuatro puertas, no hay problema pues ya han pagado), el bus cierra sus puertas y se va, en una operación que no toma más de 10 segundos (como en el metro), incluso si en el paradero espera una cantidad importante de pasajeros, digamos, 20. El problema es que eso no existirá en Transantiago y el pago se siguirá realizando por la puerta delantera. Así en el ejemplo, el chofer tendrá que esperar que se suban los 20 pasajeros por una sola puerta y además hagan el pago de la tarifa a pocos pasos de la puerta, proceso mucho más lento. Sin contar la evasión que se puede producir si se suben pasajeros sin pagar por las puertas de atrás, calamidad que también se elimina con un método de pago en paradero.
Con un poco más de inversión (y de visión) Transantiago podría funcionar mucho mejor. A prepararse para el 10 de febrero. Se viene duro.
Leer más