martes, mayo 23, 2006

Preemergencia



No veo el horizonte en Santiago y me pregunto por qué.

A pesar de todos los esfuerzos, el transporte sigue apareciendo como el sector más contaminante de la región, al emitir un 48% del material particulado respirable (MP10), 84% de los óxidos de nitrógeno (NOx) y 91% del monóxido de carbono (CO). A lo anterior se suma una participación importante en las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV) y óxidos de azufre (SOx), con un 30 y 34 % respectivamente.
Concuerda con el noticiero, en el cual en cada reporte sobre el smog en Santiago se muestra el tubo de escape de una micro. Ya sabemos que el transporte es el sector más contaminante, pero al interior de él, ¿Será que los buses son los principales responsables?Es evidente que un bus contamina más que un auto, basta observar los tubos de escape de ambos vehículos con el motor funcionando. Sin embargo, concluir a partir de esto que los buses contaminan más que los autos no solo es aventurado, sino que derechamente erróneo. El objetivo de la ingeniería de transporte y de la ingeniería de tránsito en particular es transportar personas, no vehículos. Luego, lo relevante no es comparar las emisiones de cada vehículo por sí solo, sino cuánto contamina cada cual por pasajero transportado (o viaje realizado). Al realizar este ejercicio, los números son elocuentes: los automóviles particulares emiten 38 veces más monóxido de carbono (CO) que los buses por persona transportada, 12.5 veces más compuestos orgánicos volátiles (COV), 3 veces más óxidos de nitrógeno (NOx), el doble de dióxido de azufre (SO2) y un 25% más de material particulado (PM10) (Fuente: CONAMA).

Por ejemplo, para transportar el mismo número de personas, digamos 30, en Santiago se utilizan unos 20 automóviles si todas se transportan en vehículos particulares(1), y solamente un bus si éstas optan por el transporte público. Un bus contamina más que un auto, pero menos que 20 pues tiene la capacidad de llevar el mismo número de personas con un solo motor funcionando, de ahí que finalmente el bus sea menos contaminante.

El panorama empeora si se amplía la visión a todos los tipos de emisiones. Comúnmente se piensa que las emisiones de gases por parte de los vehículos motorizados corresponden sólo a las emanadas por el tubo de escape. Sin embargo existen otras pérdidas menos visibles y tan importantes como las del tubo de escape, cuales son las emisiones por evaporación, especialmente hidrocarburos (HC), muchos de ellos tóxicos y potencialmente cancerígenos como el benceno. En este caso el análisis anterior también es válido, pero no se tienen datos exactos pues estas emisiones no se pueden medir con certeza.


Luego, es mentira que los buses son los que contaminan, el principal responsable de la polución en el transporte es el automóvil. Ésta es una de las tantas razones para incentivar el uso del transporte público y especialmente de modos no contaminantes como la bicicleta, y fomentar políticas para un uso racional del automóvil, precisamente en el sentido contrario a la red de autopistas urbanas de Santiago. ¿Habrá alguna relación entre este claro incentivo al uso del automóvil(2), “inaugurado” durante el año pasado con cuatro autopistas, y el hecho que este 2006 ya se han decretado ocho alertas ambientales y dos preemergencias, varias más que el 2005 a la fecha?. Es prematuro concluir al respecto, pero al menos debiese tomarse en cuenta en los análisis del plan de descontaminación de Santiago, cuya actualización está comenzando en estos días. No puede responsabilizarse sólo a las "desfavorables condiciones atmosféricas".


Retomando la cita con la que comienza la nota, es claro que los esfuerzos de los organismos gubernamentales como los incentivos a la renovación del parque automotriz y de buses con tecnologías menos contaminantes, van en la dirección correcta y han sido un aporte significativo en la lucha contra el smog. Sin embargo, el cumplimiento del archi señalado incentivo al “uso racional del automóvil”, objetivo declarado de CONAMA y del plan Transantiago por citar algunos, continua pendiente. En esa esquina la mesa sigue coja.

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(1) A pesar que un automóvil común puede transportar 5 personas, en la práctica su tasa de ocupación (número de personas por vehículo) es mucho menor, del orden de 1.5 pasajeros/auto (promedio) en Santiago.

(2) Ver artículo "Menos autos = Más autos" del 24 de marzo de 2006

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay otro punto bastante interesante que no ha sido considerado (creo yo): el del polvo que levantan los vehículos en circulación. Se ha dicho bastante que la principal fuente de contaminación, al menos visible, es el polvo en suspensión.
De ahí el hecho de que sea prioridad la pavimentación de calles de tierra en la mayoría de los planes de descontaminación y donde reside el por qué cada vez que llueve vemos el cielo durante la mañana del día siguiente y desaparece nuevamente en la tarde producto de la contaminación:
Lo que la lluvia bajó, los autos lo vuelven a dispersar.

raulito66 dijo...

Si bien es cierto un bus traslada mucho más personas que un automóvil, pero no hay algo a considerar, el automóvil en la mayoría de los casos funciona en horarios punta, traslados al trabajo y regreso a casa, por lo tanto varios de esos motores dejan de funcionar, sin embargo ese bus que traslada en horario punta repleto de pasajeros, sigue funcionando y recorriendo durante el día a media o menor capacidad de pasajeros.