jueves, abril 20, 2006

Colgando de la (nueva) micro

(El Mercurio, miércoles 19 de abril de 2006)


Enternece ver imágenes como ésta. Molesta, da rabia, pero no siento angustia o desesperación por tener que esperar una hora por la maldita micro, sólo para ir colgando de la pisadera, rogando para que al chofer no se le ocurra hacer una maniobra brusca. Vivo en la comuna de Santiago, a cuatro cuadras de la universidad, por lo que no experimento la odisea de tratar de subirme a un bus a las 7 u 8 de la mañana en La Florida, Puente Alto, Pudahuel, Conchalí o Recoleta.


Tampoco la viven el ministro, el ex ministro, el ex ex ministro, la presidenta, el ex presidente, ni probablemente ninguna persona que toma las decisiones de transporte en este país. Quizás por eso las cosas están como están, caras de angustia que veo sólo por el noticiero de la noche, inversiones monstruosas en carísimas líneas de metro y en autopistas y túneles para los que andan en auto... mientras los pasajeros de los buses madrugan sólo para llegar atrasados a sus trabajos. La futura línea de metro a Maipú cuesta 800 millones de dólares. A mis conocidos que viven en Maipú les he preguntado ¿te sirve la nueva línea de metro? Todos me han dicho que no, pasa muy lejos de sus casas. ¡El metro es sólo un corredor, una línea bien hecha! Con esa misma plata se podría hacer el mejor sistema de transporte público para todo Maipú, Estación Central, Pudahuel, Cerro Navia, etc., etc.(1), para que no se repitan imágenes como ésta.

Ciertamente es muy temprano para juzgar a Transantiago, ni siquiera ha empezado el Transantiago de verdad, en que se cambiarán los recorridos actuales por líneas troncales y alimentadoras (2), lo que está pasando en estos días se debe al reciente retiro de 817 buses.

Seamos optimistas, es de esperar que todos los problemas que ha tenido el plan, tanto en su gestación como en su puesta en marcha, sirvan para que las autoridades se den cuenta que sin un compromiso de verdad para mejorar el transporte público de superficie la cosa no va a funcionar. Se necesita una inversión importante en infraestructura, vías segregadas y paraderos de alto estándar son lo más básico (1), para que el transporte público realmente sea una alternativa frente al transporte privado, para que los buses nuevos no se sigan estropeando por el pésimo estado de algunas calles y avenidas, para que los operadores no sigan teniendo pérdidas. Que el cobre siga subiendo... y por favor invirtamos bien la plata, no más metro.

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(1) Ver artículo "Bus Rapid Transit, el sistema de Transporte Público que no se conoce en Chile".
(2) Ver artículo "Es que a ti te sirven todas las micros".


1 comentario:

Anónimo dijo...

Es re dificil hacer entender a la gente que los buses pueden llegar a competir con el metro en cuanto a calidad de servicio. Aún ahora que el metro esta llegando a niveles inéditos de afluencia (y de "enlatamiento") la gente lo prefiere.

Creo por convicción en TS pero de verdad que tengo muchas dudas de su funcionamiento, fundamentadas especialmente por el poco interes mostrado por el gobierno para con el sistema, la negligencia de las empresas en las condiciones laborales de los conductores y en cumplimiento de frecuencias, por mencionar algunos puntos.