viernes, junio 08, 2007

La vida del oso


(*) (fuente)
Trabajas todo el día
Viviendo una rutina
Tu vida se termina
Sentado en la oficina
Es una tontería
Perder más energía
Que esperas para ser feliz

Sí, es el momento
De que hagas un movimiento
Que te deje contento
Salir volar cambiar
Dale tiempo al ocio
Con la vida del oso


En una comarca muy lejana y en un tiempo muy remoto, existían sólo dos cosas que hacían felices a sus habitantes: el consumo de bienes y la disposición de tiempo libre para hacer lo que quisieran: Vida social, descansar, practicar deportes, cultivar el espíritu… bienes y tiempo libre son las únicas fuentes de felicidad.

Para adquirir bienes las personas necesitan dinero, el que obtienen del trabajo. Con esto los individuos se dan cuenta de que en el camino a la felicidad el trabajo es indispensable. Más trabajo, más dinero, más bienes, más goce. Sin embargo también les gusta el tiempo de ocio, y mientras más, mejor. Luego, mientras más trabaje una persona (más bienes) y más tiempo libre tenga, más feliz es.

Sin embargo, llegados a este punto la contraposición de ambas fuentes de felicidad se hizo evidente. Los individuos que trabajaban mucho ganaban ingentes sumas de dinero pero tenían poco tiempo libre para gastarlo y usualmente descuidaban a sus familias y amigos. Por otra parte, aquellos que tenían mucho tiempo libre tampoco eran felices pues como trabajaban poco o nada tenían escasos recursos para los placeres mundanos que se pagan.

¿Qué tiene que ver el transporte con todo esto? Resulta que el transporte juega un rol fundamental en el tiempo que las personas asignan a las distintas actividades que realizan en un día. Por ejemplo, mientras más largo es el viaje de mi casa al trabajo y viceversa, menos tiempo tengo para asignar a otras actividades que sí me son útiles, como el trabajo y el ocio, entre otras. Para analizar el comportamiento y las decisiones de las personas al momento de realizar un viaje (¿viajar o no? ¿para dónde? ¿a qué hora? ¿en que medio de transporte? ¿por qué ruta?) no basta con estudiar los viajes por sí solos, es necesario ampliar la mirada a todas las actividades que hacemos y el tiempo que dedicamos a cada cual. Aquellos que trabajan mucho tienen más predisposición a viajar en un medio de transporte rápido (si pueden costearlo), por el poco tiempo libre del que disponen, mientras quienes no son amigos del trabajo o ganan poco dinero, privilegiaran la forma más barata de viajar aunque sea la más lenta.

Cada cual asigna su tiempo según sus necesidades e intereses y el dilema trabajo-ocio está siempre presente. Aparentemente los Chancho en Piedra la tienen muy clara... dale tiempo al ocio con la vida del oso... ¿y tú?

Artículo recomendado: Alienación y Valor del Tiempo de Sergio Jara Díaz.

(*) Traducción: ¨Me temo que voy a llegar tarde a casa para cenar nuevamente, Mavis... unos tres días¨

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que pasa con el ciclista?
-Ahorra tiempo con respecto al transporte público y a ciertas horas, o en ciertas distancias, el automóvil particular. Los costos son muchisimo menores.
-Convierte tiempo de viaje en tiempo de consumo y ocio. Eventualmente baja tanto el costo de consumir ejercicio físico que lo realiza, a pesar de no consumirlo si se ve restringido a no usar la bicicleta. A veces, es la única forma en que se puede consumir, por las restricciones presupuestarias o de tiempo libre que la mayoría de las personas tienen. Sólo compare el costo en plata y tiempo de traslado de una hora gimnasio.
-Regala externalidades positivas al resto de la sociedad: congestión, infraestructura necesaria, contaminación acústica y atmosférica, ahorro de energía (recurso cada vez más escaso), menor gravedad y frecuencia de accidentes viales generados por pasajero kilometro.

en fin...

SUBSIDIEMOS LA BICICLETA!!

Saludos, nespejo.

Raúl Fernando Díaz dijo...

Comentario acertado el de Alejandro, apunta a uno de los "meollos" del asunto.

Pero me tinca que esto no se va a arreglar, es como un círculo vicioso, para que las micros anden mas rápido deben evitar detenerse cada media cuadra...y por mas que existan paraderos formales en las grandes arterias de la capital, la gente invariablemente querrá bajarse en los lugares mas cómodos para ella y no para la micro.

Un viaje en micro entre plaza italia y pajaritos en hora punta puede llegar a demorar 1 hora a causa de esto.En metro son 20 minutos.

Durante la semana, tipo 23.00, el mismo viaje dura 45 minutos.

Este asunto no se podrá arreglar, es ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE E INVIABLE POLÍTICAMENTE CERRAR ALAMEDA A LAS MICROS COMO "VIA EXCLUSIVA".

El metro seguirá como "tren de animales".

De la rabia al desencanto y la frustración.